Buenos
Aires colonial. |
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Margarita
cruza la Plaza Mayor en la silla de manos del gobernador del Río de la
Plata. Los negros que transportan la caja , entre las varas esculpidas,
caminan muy despacio, como si llevaran en andas una imagen religiosa, no
sea que el lodo salpique el atavío de la niña. |
Manuel
Mujica Lainez
Las reverencias, de Misteriosa Buenos Aires |
La
vida en los poco más de dos siglos en los que la ciudad fue colonia,
discurría lenta y sin sobresaltos al sur de la plaza Mayor, en la
parroquia de Catedral al sur, el primer barrio porteño, rebautizado
Monserrat por la virgen del mismo nombre, o "barrio del tambor"
por los tamboriles que tocaban los negros esclavos cuando bailaban el
candombe durante los carnavales.
En la diminuta y chata Buenos Aires pasaban semanas sin llover, o llovía
todos los días, fuera verano o invierno. O se secaba el foso alrededor
del fuerte o se convertía en un lodazal la Plaza Mayor.
A
las primeras calles, todavía sin nombres, se las conocía por el del
vecinos más característico de la cuadra; eran de barro, con desniveles y
pozos, las lluvias las volvía intransitables por las profundas huellas
que dejaban las grandes carretas tiradas por bueyes, entonces había que
trasladarse en sillas de mano, portadas por los esclavos.
Ya por 1738 casi todas las calles dejan su anonimato y reciben nombres de
santos, en 1774 se los escribe con pincel sobre los muros blancos, para
ese entonces ya había una especie de vereda para la gente de a pie y una
precaria iluminación con faroles de velas y velones hechos de sebo o
grasa.
En 1790 la situación mejora: se estrena empedrado en la pequeña aldea,
la elegida es la calle de la Santísima Trinidad, la actual Bolivar, desde
Victoria a Alsina.
Las casas
Vive en una casa modesta, como
son las de Buenos Aires. La ha adornado con cierto lujo, haciendo venir de
España y de Lima muebles, cristales, platerías y hasta un tapiz pequeño,
tejido en Flandes, en el cual se ve a Abraham ofreciendo a Melquisedec el
pan y el vino. |
Manuel
Mujica Lainez
El espejo desordenado, de Misteriosa Buenos Aires |
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Tercer patio y
cuartos de sirvientes |
A
diferencia de los alrededores de la ciudad de México o Lima, no
había piedra cerca de Buenos Aires, y tampoco abundancia de
madera, solo barro y paja, por eso las primeras viviendas eran de
adobe y no sobrevivieron al paso del tiempo, ni a las hormigas y
ni a los roedores; aquellos ranchos tenían una sola planta
rectangular, sin ventanas, techos de cañas y paja, pisos de
tierra apisonada.
Con el tiempo las casas se agrandaron y mejoraron, pero siguieron
siendo modestas, aún las de las familias poderosas. La riqueza se
exhibía en la cantidad de esclavos y sirvientes, y en el
mobiliario: espejos venecianos, sillones de Arequipa, tapices de
Flandes, vajillas de porcelana, cubiertos de plata, cristales.
La influencia romana, griega y árabe, recibida vía la
arquitectura del sur de España, se notaba en la manera de
preservar la intimidad del hogar. Desde afuera sólo se veía la
fachada de ladrillo o yeso, la maciza puerta de entrada y las
ventanas con rejas, después venía el zaguán y la puerta cancel
que daba al primer patio embaldosado y a las habitaciones de
recibo, solamente los íntimos iban más allá de este límite.
Los dormitorios y la sala, centro de la vida familiar, daban al
segundo patio, con un aljibe en el centro, a veces una fuente. El
gran patio de servicio estaba al fondo, con la huerta y el
gallinero, en unos de los lados se amontonaban los miserables
cuartos de sirvientes y esclavos.
Como sus precedentes de la soleada Andalucía, las casas de la
colonia eran construcciones alegres y luminosas, con sus muros
blancos y los grandes patios perfumados por donde entraba la luz
que inundaba los cuartos. |
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Donde
ver casas del Buenos Aires colonial
Casa Colonial (Defensa
183)
Altos de Elorriaga, es
la vivienda más antigua sin modificar. Casa típica colonial,
conserva la ochava en las paredes de la esquina y el mirador en la
terraza.
Casa de Rivadavia (Defensa
350)
Aquí nació Bernardino
Rivadavia en 1780
Casa del Virrey Liniers Venezuela
469 (entre Bolivar y Defensa)
Aquí vivió el penúltimo
virrey del Río de la Plata
Casa del Liberto
En el Pasaje San
Lorenzo, Defensa entre Av. Independencia y Chile, que atraviesa la
manzana desde Defensa a Paseo Colón. Se la conoce como la casa más
angosta de Buenos Aires, de 2.20 de ancho y habría sido dada por
el amo a un esclavo, junto con la libertad. Es solo una leyenda
que se tomó como cierta con el correr de los años, era en
realidad parte de la casa de la familia Peña.
Galería Solar de French (Defensa
entre Humberto I y Carlos Calvo)
Construida en 1762 |
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