3
de Mayo de 1803. En el edificio de la legación británica en París,
arden las luces a altas horas de la noche. El embajador, Lord Charles
Whitworth, realiza los últimos preparativos para abandonar la capital
francesa. La guerra entre su país y Francia es ya un hecho
prácticamente consumado. Nuevamente las dos grandes potencias se
lanzarán a la lucha, para decidir, en un último y gigantesco choque,
cuál habrá de ejercer la supremacía en el mundo. |