Tuvieron que transcurrir más de 100 años desde su fundación para que
Buenos Aires se transformara en una gran aldea. Su incipiente puerta a
orillas del Río de la Plata, el fuerte y la Plaza Mayor hoy Plaza de
Mayo, fue el lugar desde donde se proyectaban las calles barrosas de la
población. La Plaza Mayor y el Fuerte, construidos poco antes de
iniciarse el siglo XVII eran el centro cívico de la ciudad, integrado
por el Consulado, la Aduana, edificaciones que utilizaban los jesuitas y
donde funcionaban el Museo, la Biblioteca y la Universidad, en lo que
hoy conocemos como Manzana de las Luces.
En los
primeros años del siglo XVIII llegan a Buenos Aires, los arquitectos
jesuitas Juan B. Prímoli y Andrés Bianchi e inician la modernización
de las construcciones eclesiásticas. Su primera obra es la iglesia de San
Ignacio de Loyola, dispuesta en un ángulo de la Manzana de las
Luces, en el barrio conocido como Catedral al Sur que hoy lleva el
nombre de Monserrat.
San Ignacio comenzó a edificarse en el año 1712 según diseño del
jesuita bávaro Juan Kraus. Fachada barroca, planta en cruz latina,
altar mayor del siglo XVII y retablo del siglo XVIII sufrió muchas
modificaciones y se halla en un estado de avanzado deterioro.
A
poco más de 100 metros se encuentra la Iglesia de San Francisco
que comenzó a construirse en el año 1725 por el Arquitecto Bianchi (o
Blanqui) En los primeros años del siglo XIX fue reconstruida la fachada
en estilo neoclásico. De nave única y audaz bóveda posee una hermosa
tapicería del plástico argentino Horacio Butler. En el atrio está la
capilla San Roque, también del S XVIII.
El primer arquitecto de Santo Domingo, vecina de San Francisco
fue Antonio Masella que inició la obra en el año 1751 y concluye el
Arq. Francisco Alvarez en el año 1783. La torre izquierda de la fachada
es una réplica de la original y muestra las huellas de los proyectiles
de las invasiones inglesas de 1807. En el atrio, el mausoleo del Gral.
Manuel Belgrano.
En el mismo barrio se encuentran las Iglesias Nuestra Señora de
Monserrat y San Juan Bautista, de finales del siglo XIX y estilo
neoclásico. Cercana a nuestra Sra. de Monserrat podemos admirar la
atractiva Parroquia Nuestra Señora de la Rabida instalada en un
remozado edificio de principios del siglo XX.
El actual barrio de San Telmo, vecino de Monserrat toma su nombre a
partir de la construcción de la Iglesia San Pedro González Telmo
en el siglo XVIII. Este hermoso templo, obra del jesuita A. Bianchi
sufrió innumerables modificaciones siendo la última en los años 40
del siglo pasado que le produjo cambios importantes en su fachada
original. Se encuentra en un estado decadente con necesidad de urgente
restauración.
Continuando este paseo imaginario por el siglo XVIII volvemos a la Plaza
Mayor para ubicarnos en el sito que ocupa actualmente la Catedral
Metropolitana. Este lugar era uno de los puntos de la línea que
enmarcaba la división de la ciudad en Catedral al Sur y Catedral al
Norte y se extendía desde el río hacia el oeste. En el transcurso del
siglo Catedral al Norte se transforma en San Nicolás.
Después de más de un siglo de vicisitudes en el año 1727 se inicia la
construcción de la nueva Catedral. La poca estabilidad del edificio
hizo que se derrumbara en 1752. Poco después comienza a trabajar en la
reconstrucción el arquitecto saboyano Antonio Masella que no pudo
concluirla por diferencia con las autoridades de la época. Recién para
las primeras décadas del siglo XIX se concluyó la fachada de estilo
neoclásico quedando estructuralmente como la vemos en la actualidad. Es
una obra equilibrada de riguroso estilo clasicista. En su interior se
halla el Mausoleo del Gral. San Martín.
Cerca de la Catedral se encuentra la IglesiaNuestra Señora
de la Merced comenzada en el año 1721 por el jesuita Andrés
Bianchi (Blanqui). De fachada barroca con una torre con remate bulboso
se presenta muy modificada con relación a la original. De planta única
y capillas laterales su interior está ricamente decorado. Debemos
destacar el claustro y jardín del convento anexo con palmeras,
jacarandaes, palos borrachos y un viejo ejemplar de alcanfor.
En el mismo barrio de San Nicolás, la IglesiaSanta Catalina
de Siena, de los arquitectos Bainchi y Masella construida a mediados
del siglo XVIII en el estilo barroco característico de estos artistas.
En oportunidad de las invasiones inglesas de 1807 fue ocupada por tropas
de ese país y en su única torre flameó la bandera inglesa. Posee un
hermoso claustro que pertenece al convento.
Las otras dos iglesias del barrio son Nuestra Señora de la Piedad y
San Miguel Arcángel ambas del Siglo XIX. San Miguel está
clausurada por el avanzado estado de abandono y peligro de derrumbes. Es
lamentable que las autoridades no presten atención a una pieza de tanto
valor arquitectónico.
La primitiva Iglesia de San Nicolás que estaba ubicada en la
zona hoy ocupada por el obelisco fue demolida para la construcción de
la Avenida Nueve de Julio. A ella se debe el nombre del barrio.
El barrio del Retiro fue el nuevo destino de la Iglesia San Nicolás
de Bari que se inaugura en el año 1935 sobre la Av. Santa Fe. De
frontispicio neoclásico, columnas corintias y rosetón presenta un
exterior equilibrado. En el interior se destaca la gran bóveda de la cúpula
con ventanales vitraux en el tambor.
Vecina de la anterior es Nuestra Señora de las Victorias de
estilo barroco-neoclásico, una torre es de principios del siglo pasado.
En su interior podemos observar el techo de cañón corrido totalmente
decorado, grandes ventanales, vitraux y frescos en las paredes. Es un
templo que está necesitando de algunas restauraciones.
Siempre en el barrio de Retiro y próxima a la Plaza San Martín se
encuentra la Basílica del Santísimo Sacramento de fachada ecléctica
predominan los estilos románico y gótico, posee tres torres,
ventanales binarios y arquitos ciegos románicos. Su interior es
impactante por lo profuso de la decoración. También cerca de la Plaza
San Martín podemos visitar la Basílica Nuestra Señora del Socorro
obra del siglo XIX de estilo neoclásico, frente simétrico con dos
torres y cuatro columnas corintias. El interior es de tres naves y
capillas laterales, techo decorado destacándose el retablo laminado con
columnas salomónicas.
En un lugar inhóspito con el horizonte inmenso de Río de la Plata a su
vera y la Pampa infinita hacia el norte, se instalaron los padres católicos
Franciscanos Recoletos. La capilla, el convento y las tierras feraces,
eran el mundo de esos pioneros colonizadores. El tiempo, el trabajo y la
constancia fue obrando los cambios para comenzar a principios del siglo
XVIII la construcción de la Iglesia Nuestra Señora del Pilar,
inaugurada en 1732. Fue director de la obra el padre jesuita Andres
Bianchi.
En un hermoso rincón del barrio de la Recoleta se destaca entre verdes
gomeros y jacarandaes la silueta inconfundible de la Iglesia del
Pilar. Su fachada con reminiscencias europeas y americanas posee una
torre y graciosa espadaña y campanario, pilastras toscanas y tímpano
triangular sin decorar. Por amplio atrio ingresamos al interior de una
nave donde se manifiesta en todo su esplendor el barroco en los retablos
de las capillas laterales y altar mayor. El visitante deberá ir
descubriendo otras bellezas que contiene esta joya del arte colonial
argentino.
o
o
A pocas cuadras de El Pilar encontramos la Parroquia San Agustín.
De estilo neogótico flamígero, torre reloj central y dos más bajas
laterales conforman con los pináculos, tímpanos decorados con mosaicos
y llamitas en las cornisas, un armónico frontispicio. El interior es
amplio y elevado como las antiguas catedrales góticas, con tres naves,
esculturas alargadas de santos con vestiduras drapeadas y miradas
sugerentes. También se destacan los grandes vitrales. Las columnas en
haz, las arañas góticas y el magnífico retablo en madera tallada y
policromada. Fue edificada en los primeros años del Siglo XX.
Si ascendemos por la Av. Pueyrredón hacia la Estación Once del
Ferrocarril Sarmiento al llegar a la calle Marcelo T. de Alvear podremos
visitar la Iglesia Nuestra Señora del Carmelo. Data del año 1903 y su
fachada es de estilo barroco hispano. El interior de estructura neorrománica,
con cañón corrido, francas ocres en el techo, 3 naves espaciosas, cruz
latina y amplio prebisterio con retablo cóncavo de los apóstoles. El
equilibro predomina en esta obra. Lamentablemente se halla muy
depreciado y el estado de conservación es deprimente. La falta de
recursos impiden su normal mantenimiento.
Siguiendo en el bario de Recoleta vecina a la anterior está la Parroquia
Santísimo Redentor. De los primeros años del siglo XX con fachada
neoclásica de una torre y columnas corintias posee en su atrio una réplica
de la gruta de Nuestra Señora de Lourdes con la Virgen y Santa
Bernardita. Su interior es sencillo de una nave, se repiten las columnas
corintias, importante órgano y retablo renacentista.
La iglesia Patrocinio de San José sobre la calle Ayacucho, de fachada
románica, arcos de medio punto, vigorosa torre y columnas jónicas
impresiona por su armonía. Su interior es de techo de cañón corrido,
altar en ábside con hornacinas, vitrales y bóveda de la cúpula con
ventanas en el tambor. Se destacan 10 paneles de colores brillantes en
mosaico de la Virgen con el Niño Jesús, santas y santos. Es una
verdadera obra de arte digna de ser contemplada.
En la misma zona está la Parroquia Universitaria San Lucas que
pertenecía al viejo Hospital de Clínicas y en la actualidad es la
Plaza Houssay. De estructura pequeña sin un estilo definido de única
torre con techo de pizarra negra y muchos ventanales la hacen agradable
y simpática.
La parroquia Nuestra Señora del Carmen, de estilo neoclásico,
una torre campanario, pilastras coronadas con miradores y gran rosetón
se halla sobre la calle Rodríguez Peña. El interior es de techo
decorado al fresco, de tres naves y púlpito y confesionarios de madera
muy tallada.
Concluyendo con las Iglesias del Barrio de Recoleta mencionaremos a la Parroquia
Nuestra Señora del Valle, de líneas modernas construida a mediados
del siglo pasado y la Iglesia del Corazón Eucarístico de Jesús (Las
Esclavas) frente a la plaza Vicente López de frontispicio románico con
arquitos ciegos y ventanas binarias. El interior de una nave, altar
mayor en el ábside, vitrales en las ventanas, columnas corintias y
techo de estilo gótico, hacen que el conjunto sea de gran calidad
arquitectónica.
En la Ciudad de Buenos Aires hay cerca de 200 Iglesias Parroquiales católicas
y sólo hemos visitado una veintena distribuidas en cinco de los barrios
que fueron fundacionales.
Así como hay iglesias que se encuentran en buen estado, otras merecen
urgentes trabajos de restauración. Son los casos de El Carmelo, San
Telmo, San Ignacio, Santo Domingo y Monserrat con necesidades inmediatas
de pintura, albañilería y renovación de la instalación eléctrica,
siendo el ejemplo patético la Iglesia San Miguel Arcángel en el barrio
de San Nicolás. Este templo de principios del Siglo XIX está
clausurado y corre peligro de derrumbarse. Causa tristeza el estado en
que se encuentra su magnífica fachada de columnas corintias, dos tímpanos,
el inferior con San Miguel y el superior decorado, Santos sobre
pilastras, torre reloj-campanario, ménsulas jónicas y otros elementos
que hacen un bello conjunto barroco. El interior no se pudo visitar por
estar cerrado.
Que sea esta nota un llamado de atención a las autoridades que son los
que deben atender la urgencia de recuperación de estos bienes que son
la historia de Buenos Aires.
Bibliografía:
Historia del Arte colonial Sudamericano, Damián Bayón y Murillo Marx
Recomendamos el sitio oficial de los Monumentos históricos de Buenos
Aires de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos:
www.monumentos.org.ar
* * *
Las
primeras iglesias de Buenos Aires.
San Francisco
San Ignacio
San Pedro Telmo
Catedral de Buenos Aires
ARQ.
ELENA GIL » elena_gil@telefonica.net
En
la paupérrima y marginal aldea que era Buenos Aires en el siglo
XVII, los materiales de construcción eran la caña, el barro y la
paja, pero en 1686 un hermano jesuita enseñó a unos cuantos
indios a hacer ladrillos y cal, inaugurando el primer horno que se
vio por estas tierras, de allí salieron aquellos con los que se
construiría la iglesia más antigua de nuestra ciudad: San
Ignacio de Loyola, inaugurada en 1722 en la manzana otorgada a los
jesuitas por Juan de Garay, conocida un siglo después como la
Manzana de las Luces.
La iglesia es una obra de líneas barrocas que tuvo como modelo a
la iglesia del Gesú de Vignola, en Roma, aunque del edificio
original solo se conserva la torre izquierda. Detrás del altar
está uno de los accesos a los misteriosos túneles jesuitas cuyos
usos y recorrido total aún se desconocen.
Además
de la manzana de los jesuitas hay en el casco antiguo una que bien
podría llamarse manzana de los franciscanos, es la de Alsina,
Defensa, Moreno y Balcarce, asignada por Juan de Garay a la orden
de San Francisco. Aquí se encuentran el convento, abierto al público
después de 400 años de clausura, la Basílica de San Francisco y
la capilla de San Roque.
El primer edificio de la iglesia comienza a construirse en 1731
según diseño del arquitecto jesuita Andrés Blanqui; la fachada
actual, en barroco bávaro, es de 1907.
Del otro lado de la calle Alsina, esquina Defensa, pero integrada
espacialmente al atrio de la iglesia, está la plazoleta de San
Francisco adornada con cuatro figuras femeninas, en mármol de
Carrara, que representan la Astronomía, la Navegación, la
Geografía y la Industria, obras del escultor Dubourdieu,
trasladadas desde su emplazamiento original en la pirámide de
Mayo.
Los padres dominicos también recibieron el correspondiente predio
en la adjudicación hecha por el Adelantado. En 1626, a su llegada
del Paraguay, comenzaron la construcción de una iglesia que se
derrumbaría en 1700. Años después se le encargó el nuevo
edificio de la Basílica de Nuestra señora del Rosario a Antonio
Masella, el mismo arquitecto de la Catedral, que diseña una
sobria fachada neoclásica, casi igual a la actual ya que tuvo muy
pocas modificaciones.
En los llamados Altos de San Pedro, en el arrabal de la incipiente
aldea, los jesuitas fundaron otro centro de culto y educación, se
lo conoció como "Colegio chico", y estaba integrado por
el colegio propiamente dicho, la residencia, la casa de ejercicios
espirituales para hombres y la iglesia de Nuestra Señora de Belén
(parroquia de San Pedro Gonzales Telmo). Después de la expulsión
de los jesuitas se la otorgaron a los padres Bethlemitas quienes
convirtieron las construcciones vecinas en asilo de mujeres,
polvorines y cuarteles.
La iglesia es uno de los ejemplos de la arquitectura del SXVIII
que ha tenido menos remodelaciones, una de ellas fue la fachada
neocolonial de 1931, la otra fue la realizada por el arquitecto
Buschiazzo en1942.
Llama la atención la historia arquitectónica de nuestro Templo
Mayor: la Catedral de Buenos Aires. Siendo la primera iglesia de
la ciudad y la más importante, no quedan ni rastros del edificio
original levantado por los jesuitas a mediados del SXVII sobre la
plaza fundacional, como lo establecían las leyes de Indias para
toda ciudad del Nuevo Mundo.
Luego de sucesivos derrumbes y posteriores reconstrucciones, el
arquitecto Antonio Masella proyecta el edificio actual en 1754,
pero habrá otras intervenciones arquitectónicas como la de los
franceses Catelin y Benoit que diseñan su pórtico neogriego, en
1822, inspirado en el Palacio Borbón de Paris. El escultor
Dubourdieu le agrega los bajorrelieves del frontis en 1862.