CAZADORES
CORRENTINOS
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1º de Julio
de 1806. En una celda del convento de Santo Domingo, Santiago de
Liniers
mantiene una secreta conversación con el prior, Fray Gregorio Torres. Liniers
acaba de llegar a Buenos Aires, después de solicitar y obtener de
Beresford permiso para entrar en la ciudad, En las últimas jornadas, ha
permanecido al frente de la batería de la Ensenada, distanciado de los
combates que culminaron con la derrota de las fuerzas del Virreinato. Por
lo mismo, está libre del compromiso, impuesto a los soldados españoles
capturados, de no tomar nuevamente las armas contra los
británicos.
Liniers,
en consecuencia, está decidido a lanzarse nuevamente a la lucha para
liberar a Buenos Aires. Y así lo comunica, con emocionada determinación,
al prior de Santo Domingo:
- Estoy resuelto a
hacerlo, reverendo padre. Hoy mismo, en el transcurso de la Misa, he hecho
ante la imagen sagrada de la Virgen un voto solemne. Le ofreceré las
banderas que tome a los británicos si la victoria nos acompaña. Y no dudo
que la obtendré si marcho a la lucha con la protección de Nuestra
Señora.
Ver "La Promesa de Liniers"
La promesa
no es vana. Nueve días más tarde, y después de ponerse al tanto de los
trabajos de resistencia que organizan en la ciudad los grupos acaudillados
por Martín de Alzaga, Liniers se
embarca en el puerto de Las Conchas (actual Tigre), y se dirige a la Banda
Oriental, para combinar operaciones con el gobernador de Montevideo,
brigadier Pascual Ruiz Huidobro, quien también planea ya un ataque para
expulsar a los ingleses de Buenos Aires. ...
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