12 de agosto de 1806. Por las calles que conducen a la Plaza Mayor, avanzan en tropel las fuerzas de la reconquista, envueltas en el humo de las explosiones y el retumbar de los disparos.

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HISTORIA - LAS INVASIONES INGLESAS -

PREPARACION E INVASION - LA RECONQUISTA - LA DEFENSA

DATOS VARIOS  +  CELEBRACION DEL DIA DE LA RECONQUISTA DEL 12 DE AGOSTO 

 

PRIMERA INVASION - LA RECONQUISTA 11

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PREVIO ...
Mientras en Montevideo el Virrey Sobremonte ve desaparecer los últimos vestigios de su poder, en Londres se desarrollan los acontecimientos que darán origen a la segunda invasión. Un clima de euforia reina en los círculos políticos y comerciales de la capital inglesa, ante la posibilidad de asegurar la conquista de los vastos dominios de España en América mediante una serie de audaces incursiones similares a la realizada por Popham y Beresford contra Buenos Aires. Dos expediciones se han hecho ya a la mar; una comandada por el General Samuel Auchmuty, quien tiene por misión reforzar a Beresford (en ese momento todavía no ha llegado a Inglaterra la noticia de la reconquista de Buenos Aires), y otra comandada por el General Robert Craufurd, quien debe llevar a cabo la ocupación de Chile. Se contempla, simultáneamente, la posibilidad de realizar un ataque contra México, y se encarga el estudio de dicho proyecto al General Arthur Colley Wellesley futuro duque de Wellington.

La puesta en marcha de estas empresas ha sido decidida por el gabinete presidido por Lord William Wyndham Grenville, quien, a raíz de la muerte del primer ministro Pitt, asumió la Jefatura de un nuevo gabinete. Grenville, a diferencia de Pitt, que propugnaba la emancipación de las colonias españolas, está resuelto a llevar a cabo la conquista en firme de los principales puertos y territorios de América. De esta forma se propone contrarrestar la expansión francesa en Europa y, al mismo tiempo, abrir a las exportaciones británicas los inmensos e inexplotados mercados americanos. El bloqueo económico que Napoleón amenaza imponer a Inglaterra quedará, así, frustrado.

Los temores del gobierno inglés pronto quedan confirmados. Napoleón, en fulminante campaña, invade y derrota a Prusia y, el 22 de Noviembre de 1806, firma en Berlín un decreto por el cual ordena el cierre de las costas de Europa al comercio británico. El documento expresa claramente la voluntad del emperador de aniquilar económicamente a los ingleses: “
Las Islas Británicas son declaradas en estado de bloqueo. Todo comercio y todo intercambio con las Islas Británicas queda prohibido”.

Este hecho viene a acelerar los planes de invasión a la América del Sur. Para los británicos la apertura de los mercados de las colonias españolas se ha convertido ahora en una cuestión vital.

A fines de Diciembre de 1806 llegan a Londres los primeros rumores de la derrota de Beresford en Buenos Aires. La inesperada noticia queda confirmada un mes más tarde, y provoca extrema alarma en los círculos comerciales, pues ya han zarpado.

Brigadier General de puertos ingleses, rumbo al Río de la Plata, más de 100 barcos abarrotados con toda clase de mercancías. Los planes de conquista cobran nuevo vigor, y Grenville decide lanzar sin tardanza un nuevo ataque contra Buenos Aires.

Un raudo velero parte inmediatamente hacia el cabo de Buena Esperanza, portando un mensaje para el General Craufurd, por el cual se le ordena abandonar la expedición contra Chile y dirigirse con sus fuerzas al Río de la Plata para unirse allí con las tropas del General Auchmuty. El 24 de Febrero de 1807, el ministro de guerra designa al General John Whitelocke Comandante en jefe de todas las fuerzas que operarán en la América del Sur. Whitelocke dispondrá de un ejército de más de 12.000 soldados para cumplir su misión (2.000 del Coronel Backhouse, 3.800 del General Auchmuty, 4.700 de Craufurd, y 1.800 hombres más que partirán de Inglaterra). Con esa poderosa fuerza la victoria debe, inevitablemente, ser alcanzada. 

El 9 de Marzo se hace a la vela la fragata "Thisbe", que conduce a bordo al General Whitelocke y su estado mayor. Tres días antes, Whitelocke ha recibido del rey la designación de Gobernador de los territorios que serán conquistados, con un sueldo adicional de 4.000 libras esterlinas anuales. Ese nombramiento constituye la prueba de la absoluta certeza que los ingleses tienen en el triunfo de la expedición. A su juicio, el Río de la Plata, al que los diarios de Londres califican ya como el “futuro granero de Sudamérica”, pronto habrá de convertirse en un dominio más de la corona británica.

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