...PREVIO
11 de Noviembre de 1805. La población del puerto brasileño de Bahía
se congrega en los muelles y presencia el inesperado arribo de la fuerza
expedicionaria británica.
Popham
desciende a tierra y obtiene allí, además del agua y los alimentos que
necesita para su escuadra, nuevos informes que confirman los que ya ha
recibido en Londres. El Río de la Plata carece de fuerzas militares
suficientes para resistir un asalto llevado con decisión y audacia. Un
inglés que acaba de arribar a Bahía, procedente de Montevideo, no
vacila en declarar a Popham:
"Si se realiza el ataque,
los mismos habitantes de la ciudad obligarán a la guarnición española
a capitular sin disparar un solo tiro ...”
Cuando Popham
abandona la costa brasileña y enfila hacia Cabo de Buena Esperanza, ya
ha decidido, prácticamente, intentar la empresa. Sólo falta ahora que
la situación en Europa dé el giro necesario para que las autoridades
de Londres depongan su negativa a la realización del ataque.
La noticia de la recalada de la flota inglesa en Bahía no tarda en
difundirse. En Buenos Aires cunde la alarma, y el Virrey Rafael
de Sobremonte moviliza a todas las
fuerzas para enfrentar la invasión, que considera inminente. En EE.UU.,
a su vez, los diarios, basándose en rumores y erróneos informes, se
adelantan a los acontecimientos y, cuatro meses antes de que las tropas
británicas desembarquen en el Río de la Plata, publican la noticia de
que Buenos Aires ya ha sido conquistada por Popham
y Baird.
La agresión, no obstante, todavía no habría de producirse.
Desviándose de las costas americanas, los ingleses se dirigieron a Cabo
de Buena Esperanza, donde arribaron en los primeros días de enero de
1806. La conquista de la colonia se obtuvo fácilmente, tras derrotar a
las fuerzas holandesas en corto combate. Quedaba así cumplida la
misión. Popham,
impaciente, se mantiene entonces a la espera de los informes de Europa,
dispuesto a lanzarse sobre el Río de la Plata apenas las circunstancias
se lo permitan.
En el mes de Febrero llegan a manos del comodoro los partes de la
extraordinaria victoria obtenida por el Almirante Nelson en Trafalgar.
Las flotas de Francia y de España han sido eliminadas como fuerzas
combativas, en una jornada de lucha que asegura, en forma definitiva, la
supremacía de Gran Bretaña en todos los mares. Pero ese triunfo se ve
contrarrestado, poco después, por la aplastante derrota que, en
Austerlitz Napoleón inflige a los ejércitos austriacos y rusos. La
nueva de esta última batalla la obtiene Popham
el 4 de Marzo de 1806, a través de la tripulación de una fragata
francesa que los ingleses capturan frente a Cabo de Buena Esperanza.
Un hecho concreto se deriva, sin embargo, de estos dos acontecimientos.
España ha quedado definitivamente ligada a su alianza con Napoleón, y
ya no existe posibilidad alguno, de atraerla a las filas de la
coalición que, prácticamente, ha dejado de existir. Popham,
por lo tanto, está en libertad de acción para llevar adelante sus
planes.
El comodoro resuelve entonces obrar. Thomas Waine, capitán del “Elizabeth”,
un buque negrero norteamericano que ha realizado varios viajes a Buenos
Aires y Montevideo, le confirma las noticias sobre la debilidad de las
fuerzas que defienden ambas plazas. No hay, en consecuencia, que perder
más tiempo. El 9 de Abril Popham
envía una carta al almirantazgo en la que comunica que ha decidido no
permanecer inactivo en Cabo, pues allí ya ha desaparecido todo peligro,
y que parte con sus naves a operar sobre las costas del Río de la
Plata. SIGUE...
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