...PREVIO
Al día siguiente
Popham
se hace a la vela, pero poco después debe interrumpir la navegación al
amainar el viento. Aprovecha entonces la circunstancia para exigir
resueltamente al general Baird que secunde sus planes, facilitándole un
contingente de tropas. Los informes del capitán norteamericano y los
que obtiene de un marinero inglés que ha vivido ocho años en Buenos
Aires le sirven como poderoso argumento en la discusión que mantiene
con su colega. Finalmente, Baird, convencido de que ya nada detendrá a Popham
en su aventura, decide darle el apoyo que solicita.
Queda
así resuelto el ataque a Buenos Aires. El 14 de Abril de 1806 zarpan de
Ciudad del Cabo los barcos de Popham,
escoltando a cinco transportes en los que viajan más de 1.000 soldados,
comandados por el general Guillermo Carr Beresford. Veterano de muchas
campañas, Beresford es, por su resolución y coraje, el hombre indicado
para intentar el plan. Como principal fuerza de asalto, el jefe
británico cuenta con los efectivos del aguerrido regimiento escocés
71.
Durante seis jornadas la flota navega sin inconvenientes, rumbo al
oeste. El 20 de Abril, sin embargo, se desencadena un violento vendaval
y los barcos se dispersan, perdiéndose contacto con uno de los
transportes de tropas. Popham,
para cubrir la pérdida, se dirige a la isla Santa Elena, donde solicita
y obtiene del gobernador británico un refuerzo de casi 300 hombres.
Antes de abandonar la isla, el marino envía una última carta al
almirantazgo para justificar, nuevamente, su conducta. A esa nota
adjunta el célebre memorial que, en 1804, presentara a Pitt. Esa es la
prueba de que la expedición no responde a una decisión improvisada,
sino que es el resultado de un plan ya estudiado por el gobierno
británico. La conquista de Buenos Aires, señala Popham,
dará a los ingleses la posesión del "centro comercial más
importante de toda Sud América".
Se inicia entonces la larga travesía. Una fragata, la “Leda”, se
adelanta al grueso de la flota y navega velozmente hacia las costas
americanas, con la misión de reconocer el terreno. La aparición de esa
nave, que se presenta ante la fortaleza de Santa Teresa, en la Banda
Oriental, el 20 de Mayo de 1806, da la primera alarma a las autoridades
del Virreinato.
13 de Junio de 1806. Desde hace cinco jornadas la flota británica se
encuentra en las aguas del Río de la Plata. Popham
y Beresford están ahora reunidos a bordo de la fragata “Narcissus”,
junto con sus principales lugartenientes. Los dos jefes británicos han
convocado a una junta de guerra, para tomar la resolución definitiva
acerca de cuál será el objetivo de ataque. Hasta ese momento,
Beresford ha sostenido la conveniencia de ocupar en primer término a
Montevideo, pues esta plaza cuenta con poderosas fortificaciones que
serán de gran utilidad para la reducida fuerza invasora, si se produce
una violenta reacción de la población del Virreinato. Popham,
sin embargo, está resuelto a atacar directamente a Buenos Aires, y
tiene en su favor un argumento extraordinariamente convincente. Gracias
a los informes de un escocés, que viajaba en un barco capturado por los
ingleses pocos días antes, se sabe que en Buenos Aires se encuentran
depositados los caudales reales destinados a ser enviados a España. La
perspectiva de echar mano al tesoro disipa, finalmente, todas las dudas.
Además, la conquista de Buenos Aires, capital del Virreinato, tendrá,
a juicio de Popham,
una influencia mucho mayor sobre el ánimo de la población de la
colonia que la captura del puesto secundario de Montevideo. Con extrema
audacia, el marino británico decide así jugarse el todo por el todo.
SIGUE...
FUENTE WWW.HISTORIADELPAIS.COM.AR
UNA EXCELENTE PAGINA
DE HISTORIA ARGENTINA
|